viernes, noviembre 14

Pierdo el control II

Un lugar.
Un lugar alejado de ellos, del ruido, de los prejuicios, del estrés e incluso de la soledad.
Esa es mi burbuja, la visión que se me abre cuando cierro los ojos.
La temperatura... suavizada por el mar.
Un césped de fondo de escritorio acompañado de una llovizna que no desagrada.
Tumbado frente al ventanal puedo ver, a través de esa gran cortina blanca que se mueve con la brisa, un gran faro brillante al que sólo la luna le hace sombra.
Perderme en ese lugar para encontrarme, para encontrarla.
Ni las cortinas, ni el faro, ni la espuma, ni la luna misma impiden que destaque su precioso vestido.
Un lugar donde recuperar el control, donde perderlo.
Un lugar.


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