miércoles, noviembre 28

Maestro.

Un genio me vino en sueño y me susurró al oído, siendo por convenio... Estuve atrapado en tí algo más de un milenio. Yo soy tu dueño. Tú, mi señuelo.

Me señaló con arte, como quien reparte sin miedo al descarte ¡Mirando hacia otra parte! y se atrevió a gritarme... "Si afirmas algo sin miedo a equivocarte, cuerdo y farsante estarán de tu parte".

Salí de ese nido y me acerqué a ese sonido de ese chico malherido y le dije algo con sentido.
" Dos no es más que tres, pero tres es más que dos"

De mi boca en tono solemne salieron esas palabras bajo la sombra del árbol perenne.

El chico con gesto serio, se quedó absorto con aquel misterio y lo promulgó en el ministerio.

Y como lleva sucediendo año tras año, las palabras al rebaño, que nunca encontrarán apaño.

Para finalizar... quien bien te quiere te hará llorar. Frases hay millones, más que palabras. La fama lo corrompe. Busca en sus pensamientos el verdadero significado. El necio escucha lo que sale de la boca de su amada, cuando lo que realmente quiere es su propia boca.
A quien le importa si hace frío, lo que duele es no tener a quien abrazar.
Sin musa no hay poesía, no hay música, no hay arte... Sin mar no hay peces.... Sin peces no hay ciudad.




No hay comentarios:

Publicar un comentario