lunes, junio 20

Desde aquella ventana

Acomódate en tu silla modesta de escritorio, mira las fotos que tanto te gustan de paisajes de playas, mira por la ventana de tu terraza pasar el tren, coge un diccionario. Busca sinónimos de decadencia y hallarás el estado de mi conciencia. Si buscas antónimos de ilusión, creo que no hace falta ni que lo diga, pero ahí está mi corazón. Déjame actuar por mí mismo, me equivocaré, me tropezaré, caeré pero creemé, rebotaré. Mientras haya un ella en esta vida bella habrá motivos para enfrentarse al mundo. ¿He dicho bella? Pues sí, porque es curioso, cuando peor me siento es cuando mis sueños traspasan esa frontera de credibilidad y donde mi alma se hace fuerte para soñar con huir de la rutina que me quema la retina día a día, y es que es increible como rodeado de gente se puede sentir uno terriblemente solo. Incluso a sabiendas de que hay gente que te quiere, que ha dejado parte de su pasado para comenzar un nuevo presente, aun así, tu alma no se siente querida, harta de absorber mal, en forma de metal, ha hecho una muralla opaca que es incapaz de ver la luz que emite el amor que puedan darte en un momento dado. Así soy yo, no me puse Träumer por casualidad, a través de la ventana de ese trasto que me envía lentamente hacia el desierto del norte de Madrid, pensé en los cambios que estaba sufriendo mi ser. Pues lo tenía todo y lo fui perdiendo poco a poco. Soñé que viajaba por las carreteras de Missuri con mi Harley Davidson, yendo de un sitio hacia otro, parandome en todos y quedándome en ninguno. Soñé que estaba tumbado bajo la sombra de la tupida vegetación relajándome con el sonido que emitían las cataratas del Niágara. Y es que soy hijo de mi padre, pero en mi caso son sueños rotos, porque puedo soñar durante horas pero nunca me atrevo a hacerlos realidad por miedo.
Sin tí está mal hecho el mundo..
Llegará el día en que estemos tú y yo mirando Madrid desde ese rascacielos y diremos; este paisaje y momento nos pertenece. Y lo siento, no me defino por ser la persona mas efusiva del mundo, pero a ganas de besarte no me gana nadie. Volviendo hacia casa he visto una hoja seca en forma de corazón, a simple vista insignificante, a mí me dijo que a pesar del tiempo, los verdaderos corazones no pierden su forma. Está decidido, está visto que hasta que no me coma el Sol, no voy a ser capaz de sentir calor en esta vida.
Desde la ventana, me guardo las lágrimas para quién verdaderamente aprecie su significado. A veces te odio vida, debiste preguntarme si estaba preparado, a veces te odio vida...

1 comentario:

  1. Trenes, ventanas, bancos, parques lo mejor de cada uno sale cuando ve pasar la vida delante de sus narices, cuando su cuerpo está en total calma inmóvil, mas su alma ebulle un fuego capaz de calentar cada rincón de infinito. Träumer nació así, Y ahora Träumer no viaja en ese tren, Träumer es el tren...

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