martes, agosto 2

Pachamama

Stop. Detente un momento y observa todo lo que tienes alrededor.

-¿Por qué haría eso? Tengo prisa, no tengo tiempo para tonterías.
-¿Seguro? ¿A donde vas?
- No te importa, no te conozco de nada, no tengo dinero, déjame en paz.
- Yo no soy un ladrón, bueno quizás sí, quiero robarte un poco de tiempo para que te des cuenta de que en realidad lo aprovecharás.
- Lo dudo, llego tarde, tengo una entrevista de trabajo y si llego tarde no me cogerán.

Entonces el hombre, harto de que nadie tuviera tiempo para él, se sentó en un banco a dar de comer a las palomas que al menos parecían prestarle algo de atención a cambio de unas migas de pan.

Esta es la historia de un hombre que se había parado a reflexionar sobre su objetivo en la vida. Se quedó quieto en una concurrida calle de Madrid simplemente a observar. Vio a personas actuando y tocando instrumentos para recibir alguna moneda a cambio, los había que simplemente pedían sentados en un pedestal. Vio parejas cogidas de la mano donde parecía que su mundo se limitaba en "el uno del otro". Vio personas con traje y maletín que se dirigían con prisa a Dios sabe donde, ambulancias, taxis y turistas que parecían desorientados. Este hombre recordó de pronto una frase que había leído en algún libro. Decía que el mundo era como un teatro y que las personas eran meros actores. De este modo llegó a la conclusión de que esta frase era cierta pero guardaba un matiz. Realmente las personas eran títeres manejadas por factores diversos como la ignorancia, el dinero, el poder e incluso el amor. Sí, el amor. Recordó una fábula donde a un hombre le habían dado a elegir lo que quisiera controlar. La gente le decía que eligiera el dinero, ya que con eso podría ser el hombre más rico, e incluso el tiempo, así podría pararlo a su antojo y ver el pasado y el futuro. Pero él eligió el amor, elegir el dinero era egoísta y con el tiempo controlado la vida perdería su poco sentido ya que sabiendo lo que pasó antaño y tu futuro quedarías inmerso en una irrealidad que te acabaría volviendo loco, sería como vivir una película sin fin. Eligió el amor ya que controlando esto podría controlar la guerra, la paz y la felicidad de las personas, haría posible la felicidad y la vida cobraría un nuevo sentido sin injusticias.
Esa fábula era preciosa pero era imposible controlar el amor de toda la sociedad. Solo había una fuerza poderosa que pudiera controlar a tanta gente, la religión, pero iba en contra de lo que él creía, de sus principios.
Optó por huir de la ciudad, viajó de país en país buscando, en el dolor de la soledad a pesar de conocer a millones de personas, un lugar donde no ser manipulado, donde actuar según sus creyencias, un lugar justo. Pero siempre encontró lo mismo, grandes urbes donde había leyes hasta de la forma en la cual debías ir vestido. Acabó olvidando su origen, pero de repente se sintió libre. Sabia que ese era su hogar, en aquella tierra lo llamaban Pachamama, él, entendió que su hogar era su amado planeta, sin distinción de países.
En aquel momento pintó un cuadro, observando los maravillosos paisajes de la selva amazónica y decidió ponerle de título "Hogar". Consiguió controlar el amor, el amor por su patria, patria sin fronteras, amor sin limites.



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