martes, julio 16

Días grises princesa VII

Recuerdo que una vez en la escuela me dijeron que cuando el problema no te saliera en la pizarra debías alejarte para poder ver todos los cálculos y así descifrarlo. Me enseñaron que si no eres capaz de ver el problema que tienes delante de tus narices lo mejor era irte lejos. Nada fuera de la realidad.
Dicen que para que una herida sane hay que dejar de tocarla. Quizás a mi me gusta hacerla sangrar, claro que tanta sangre derramada al final te consume.
El tiempo pasa y el viento poco a poco va despejando el polvo de aquellas ventanas que dejan pasar la luz de la realidad, y la realidad no es otra que la de la de yo cayendo y tú volando. Observas la tierra desde arriba y lo sabes... allá abajo son insignificantes comparados a la luz celestial. No te falta ambición y cada día deseas más. Poco a poco descubrirás lo que te haga plenamente feliz y cuando llegues a esa cima descenderás planeando con alas prestadas mientras te burlas de aquellos que no supieron o saben aprovechar su vida.
Tendrás el mundo a tus pies aunque nadie esté a tu mando. Ellos te mirarán y desearán ser como tú. Jamás te comprenderán, en cambio tú a ellos les analizarás y les descubrirás como un mapa de navegación.

No conozco mi límite. Me aguanto las ganas de decirte lo mucho que me gustaría verte, conocerte. Tu alma ebulle, sufre cambios. Tu mirada emprendedora podría cegar al menor iluso.

Pero ahora estás muy lejos princesa. Tu recuerdo me reconforta y viene a mí cada vez que te tengo en boca al lado de amigos o más bien conocidos en común.

Hubiera dado cualquier cosa por haber estado en ese evento, uno de los eventos más importantes de tu vida. Ver como les dejabas petrificados desde la pantalla cuando declarabas que aquí nadie te había hecho lo suficientemente feliz.

Sigue consiguiendo todo lo que te propones y llegarás a esa cima. A mí ya solo me queda ser tu ángel guardián. Una mano más de las que te impulsarán hacia arriba.

Espero que cada vez que se crucen nuestros caminos nos sirva de impulso para nuestros propios destinos.

Princesa.

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