martes, octubre 18

Díme tres palabras.

Ríos de adrenalina corriendo por sus venas
Montañas rusas de alegrías y penas
Des-inhibición en las verbenas
De aquel pájaro surcando el cielo
Sin presión, tapaduras o velos
Sin vértigo, sin consuelo
De aquel Dios que maldijo la vida del emigrante
Esa bandada por las alturas, tan campante
Sin miedo a lo que se les avecinara por delante
Con el cuidado de la mirada de esos hombres
Corriendo con prisas por las calles de Londres
No distinguían caras, no conocían nombres
La noche escondía la belleza de su raza
La luz de esa luna, la única que les daba caza
En su vuelo presto sin ataduras ni mordaza.
Solo la muerte con su dedo amenazando
Su rostro cadavérico y siempre trasnochando
Era lo único que quitaba el sueño a aquella hermosura volando.

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